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No es un tema menor, que El Nuevo Herald, haya titulado en una nota de tapa, que nuestra comunidad residente en la capital del sol, es la mas grande de todo Estados Unidos.
El Cónsul general adjunto de Argentina en Miami Gustavo Martínez Pandiani, fue claro en sus declaraciones a la prensa, “la comunidad argentina de Florida es la más grande de Estados Unidos con cerca de 100.000 personas y gran parte de ella se concentra en Miami".
“Hay una gran comunidad argentina en Nueva York y en Los Angeles, pero no de las dimensiones que hay en Florida. El puerto de entrada a USA de la mayoría de los argentinos es Miami”, agregó el diplomático. Martínez Pandiani sostuvo también que “una fuerte ola de ellos llegó entre el 2001 y 2002 debido a la crisis económica que sufría el país rioplatense, se hablaba de cerca de 150.000, nosotros calculamos que unos 50.000 han regresado a Argentina, y también una cierta cantidad de los que quedaron residen también en Orlando y Tampa, pero la mayoría está en Miami”.
La extensa nota del matutino miamiense, también toma fuerza por el reciente caso del estudiante argentino Miyen Spinelli. Con 23 años de edad, es un estudiante con buenas calificaciones que ha logrado sobresalir aun cuando no tiene un estatus migratorio. Se graduó recientemente en administración deportiva en la Universidad de St. Thomas, y fue noticia internacional hace un par de semanas cuando el cónsul argentino en Miami intervino personalmente instando a las autoridades federales a que no lo deportaran.
La Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) acordó demorar la expulsión de Spinelli por lo menos durante un año y quizá más. Miyen había llegado a esta ciudad como tantos de nosotros en 2001 cuando solo contaba con 13 años. Su padre Marcelo Zelicovich de 43 años lleva adelante su negocio perfumando edificios y viviendas mediante la difusión de esencias de aromaterapia a través de sistemas de aire acondicionado.
Diez años después, Zelicovich, Spinelli y otros miles de argentinos que llegaron al sur de la Florida huyendo de una de las peores crisis económicas en la historia, están surgiendo como importantes figuras de la comunidad argentina en Miami.
“Aquí el que no se adaptó al sistema, se volvió, creo que la mayoría de los que quedamos aquí, trabajamos y entendimos que nuestro progreso debe ser fruto de nuestro esfuerzo, y aprovechar el entorno de seguridad que te da este país, que a pesar de la crísis, siempre te abre una puerta para salir adelante” cuenta a este cronista, Esteban V., mientras desayuna en La Barra, un nuevo Café/Restaurant, inaugurado recientemente en Sunny Isles.
La zona norte de Miami, ha cobrado importancia en la cantidad de Argentinos. Desde 2001 se mudaron tantos al sur de la Florida que incluso el “Pequeño Buenos Aires” que surgió en Miami Beach a lo largo de la Avenida Collins, aproximadamente entre las calles 65 y 75 ahora ya tiene “barrios periféricos” en la zona norte de la playa.
Los residentes de estos lugares frecuentan cafeterías y restaurantes argentinos como el más importante y tradicional Buenos Aires Bakery & Café y otros como el caso de Manolo, ambos sobre la Avenida Collins ó Parrilla Liberty en la turística South Beach. Así como la zona de Doral, se la bautizó de “Doralzuela” por la cantidad de Venezolanos residentes en esa area, Aventura y Sunny Isles recibirán muy pronto un bautismo que el “ingenio argentino” le encontrará apropiado.
En estas zonas se sirven especialidades argentinas como medialunas, alfajores, sandwiches de miga entre otras delicias argentinas.
“Empiezo mi día en el Buenos Aires Bakery y lo terminó en Manolo”, dijo al matutino, Rubén Duré, de 66 años de edad, soldador argentino retirado que ha estado viviendo en Estados Unidos desde 1968.
Sin embargo, otros restaurantes tradicionales hicieron base en diversas alejadas de la playa como Kendall, Tamarac y Doral entre otras, destacándose Che Tito’s, Che Tano, Puerto Madero, Argentipizza, The Knife, etc..
Se puede soslayar que la mayoría de los argentinos que lograron sortear las vallas que todo inmigrante debe superar, viven dignamente, y en muchos casos han desarrollado importantes negocios independientes o ganándose un lugar en el cuerpo ejecutivo de empresas internacionales o locales.
Gran parte ha formado una familia, o la ha expandido. Muchos argentinos han regularizado sus papeles y un buen número de ellos es ciudadano americano.
Cabe destacar, que había tantos argentinos que llegaban a Estados Unidos y se quedaban ilegalmente, que en 2002 el Departamento de Estado despojó Argentina del codiciado privilegio otorgado a unos pocos países estables del mundo: el de permitir a sus ciudadanos venir aquí como visitantes sin antes obtener una visa.
La razón era que miles de los argentinos que llegaban sin visa no retornaban después a su país tras la estancia autorizada de 90 días. Se convertían en inmigrantes indocumentados, uniéndose a las filas de los casi 12 millones de otros extranjeros sin papeles en Estados Unidos.
Bajo la presidencia de George W. Bush los argentinos perdieron ese privilegio porque, según las autoridades “la situación económica en la Argentina hacía que los compatriotas que entraban al país decidían establecerse de manera indocumentada, lo que hizo insostenible continuar con ese privilegio hacia nuestra ciudadanía”.
Fue el caso Spinelli el que reavivó el interés por la comunidad argentina del sur de la Florida después de que el cónsul hizo su llamamiento al ICE para no deportar al joven estudiante. Un día después de que el Cónsul hiciera su petición a través de una entrevista con El Nuevo Herald, ICE anunció que no deportaría a Spinelli como estaba previsto hoy.
Spinelli fue detenido por las autoridades de inmigración el año pasado cuando viajaba en un auto a un torneo de fútbol en Maine, cerca de la frontera con el Canadá.
Como muchos otros jóvenes traídos al país ilegalmente por sus familias, Spinelli creció sin papeles, pero tuvo éxito como estudiante. Sin estatus migratorio, sin embargo, Spinelli no tiene realmente futuro en Estados Unidos.
“Mi esperanza es que se apruebe una reforma migratoria en los próximos 12 meses”, dijo Spinelli.
Aunque la mayoría de los inmigrantes argentinos llegaron durante los últimos 10 años, muchos otros dejaron su país en otras épocas.
Algunos llegaron a finales de la década de los años 70. Algunos de ellos son Antonio Laméndola, quien posee la Fábrica de Parrillas argentinas más famosa de Estados Unidos, Designer BBQ y que atiende clientes de todo el país desde hace dos décadas, y Anibal, el propietario de la famosa Buenos Aires Bakery, fanático de San Lorenzo, vive la vida alternando entre viajes de placer y la visita a sus negocios en Miami y Broward.
Aunque la relación numérica con otras comunidades hispanas afincadas en el sur de la Florida es aún mucho menor, los argentinos han ido ganándose un respeto y un aprecio de estas comunidades, tal vez impensado años atrás.
El motivo de estos logros, que los turistas argentinos que nos visitan quizás no pueden hacerse acreedores, puede haber sido, moderar su “ego” sobredimensionado, equilibrar su “altanería”, y compartir en equipo su “excesiva capacidad”, sabiendo que no son imprescindibles, es decir, transportándose a un mundo más real y práctico, patrimonio de un país que no es el suyo.... pero que en su mayoría han aprendido a quererlo y respetarlo.
28.04.2012
20:18 hs.