Política

Macri y Scioli a balotaje

Macri y Scioli a balotaje 27.10.2015 | Argentina se ha inclinado por darle una oportunidad al cambio. Contra todo pronóstico, el líder conservador, Mauricio Macri, ha logrado un resultado histórico al superar el 34% de los votos y forzar una segunda vuelta en las elecciones presidenciales celebradas este domingo.

Argentina se ha inclinado por darle una oportunidad al cambio. Contra todo pronóstico, el líder conservador, Mauricio Macri, ha logrado un resultado histórico al superar el 34% de los votos y forzar una segunda vuelta en las elecciones presidenciales celebradas este domingo. Con el 97% de los votos escrutados, Scioli se impuso al candidato oficialista, Daniel Scioli, por tan sólo 2,5 puntos de diferencia.

Ambos se verán de nuevo las caras en las urnas el 22 de noviembre para dirimir quién sucederá en la Casa Rosada a Cristina Fernández de Kirchner. Sin explicaciones coherentes, el Gobierno no ha ofrecido datos del escrutinio hasta seis horas después del cierre de los colegios electorales. A medianoche, las autoridades electorales han divulgado el primer dato, con un 67% de los votos escrutados. 

Y ahí se ha conocido la gran sorpresa. La coalición de Macri, Cambiemos, contaba en ese momento con el 36% de los votos frente al 34% del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV).Scioli se ha ido recuperando conforme progresaba el escrutinio hasta obtener esa ligera ventaja sobre Macri (36,8% frente al 34,3%).La hipótesis de la segunda vuelta electoral estaba presente desde hace semanas, pero los encuestadores habían adjudicado un cómodo triunfo a Scioli en primera vuelta.

En principio, se trataba de saber si el candidato del Frente para la Victoria podría llegar al 40% de los votos y aventajar en más de diez puntos al segundo candidato para evitar la segunda vuelta, como marca la ley electoral argentina. 

En el peor de los casos, los sondeos otorgaban a Scioli una ventaja de entre siete y nueve puntos sobre Macri, con lo que debería concurrir a una nueva cita electoral pero con una ventaja previa considerable. “Lo que ya ha sucedido cambia la política de este país”, ha declarado Macri ante sus seguidores bajo un clima de euforia en el búnker de la coalición opositora Cambiemos. Macri ha comparecido pasadas las once de la noche, hora local, cinco horas después del cierre de los colegios electorales. A esa hora, el líder conservador no conocía todavía los resultados oficiales.

Segunda vuelta
Una hora antes, Scioli comparecía en el auditorio Luna Park, búnker del kirchnerismo en la capital, para reconocer ambigua e implícitamente que habría segunda vuelta: “Les pido que nos sigan acompañando. Convoco a los indecisos e independientes para esta gesta del futuro argentino y convoco muy especialmente a los que eligieron a otra fuerza (política).

Seguiré buscando los puntos de encuentro para alcanzar la victoria de todos los argentinos, con más fe y esperanza que nunca”, ha declarado Scioli con un rostro de preocupación. Sin mencionar la segunda vuelta, el gobernador de Buenos Aires daba ya prácticamente por hecho que debería batirse con Macri dentro de un mes.

La prudencia de los dirigentes kirchneristas en el búnker del Frente para la Victoria ha contrastado desde un primer momento con la estrategia seguida por Cambiemos, cuyos principales referentes han comparecido en conferencia de prensa para instalar la versión de la segunda vuelta nada más cerrarse los colegios electorales.

“Habrá ballottage (segunda vuelta)”, adelantó Marcos Peña, coordinador de la campaña electoral de Cambiemos poco después de las seis de la tarde. La estrategia de Macri iba dirigida principalmente a incentivar a sus fiscales electorales, que en ese momento todavía trabajaban en el recuento de los votos. “Pedimos a los fiscales que sigan trabajando hasta que todas las actas estén preparadas”, les ha animado Peña a los voluntarios de Cambiemos desde el búnker electoral de la coalición en Buenos Aires. 

Según varias consultoras de encuestas, Macri habría experimentado una mejora en el respaldo electoral durante la última semana en detrimento de Sergio Massa, el disidente peronista, que obtuvo alrededor del 21% de los votos (un resultado similar al de las primarias de agosto). La apelación al voto útil efectuada por el líder conservador habría calado entre el electorado antikirchnerista que se debatía entre el alcalde saliente de Buenos Aires y Massa.

Además del varapalo que supone para Scioli su fracaso (Cristina Kirchner ganó hace cuatro años con el 54% de los votos), el kirchnerismo ha sufrido algunas derrotas amargas en los comicios regionales. La participación superó en cinco puntos a la registrada hace cuatro años, con el 79% del padrón electoral. La jornada electoral se ha desarrollado sin incidentes reseñables, gracias a que se aplicó la mayor supervisión electoral de la historia argentina para que no hubiera sospechas de fraude.

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